Cereales

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¿Cómo rentabilizar más tu cultivo de Cereales de Invierno?

El cultivo de cereal se enfrenta diversos retos, desde condiciones climáticas cambiantes hasta desafíos en la postcosecha y demandas del mercado. Para abordar estos problemas, es esencial considerar soluciones de fertilizantes y bioestimulantes diseñadas para corregir los efectos negativos del estrés ambiental, nutricional y fitotécnico. Estas soluciones no solo fortalecerán la salud de los cultivos, sino que también contribuirán a la sostenibilidad y rentabilidad a largo plazo de los productores de cereales
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PRIMER TRATAMIENTO

Para preparar el cultivo antes las bajas temperaturas y las probables escasas precipitaciones hay que realizar un primer tratamiento que prevenga del estrés hídrico, así como superar el estrés químico generado por la aplicación de herbicidas. También es importante prevenir una mala nascencia. Para todo ello Algafert es un gran aliado pues potencia y mejora los procesos biológicos. incluye triptófano (TPR), precursor natural de la biosíntesis de auxinas e inductor de procesos de crecimiento de los meristemos de raíces. Algafert favorece a la respuesta antiestrés de la planta en situaciones de estrés abiótico y actúa como catalizador de la asimilación de nitrógeno y resto de minerales. Se recomienda aplicar mezclado con herbicidas de post-emergencia.
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SEGUNDO TRATAMIENTO

En esta etapa resulta muy importante controlar que no existan carencias de Magnesio y Azufre. Photopower te ayudará en ello. Es una solución líquida de magnesio soluble complementada por la presencia de boro y molibdeno, y potenciada con la incorporación de un extracto de microalgas preparado mediante la tecnología Trietech© desarrollada por Biorizon Biotech. El extracto de microalgas presente en Photopower potencia la movilidad y favorece la rápida absorción del magnesio y los micronutrientes incorporados en el formulado.
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TERCER TRATAMIENTO: Inicio de encañado y espigado

Esta fase es clave para obtener un buen rendimiento de la cosecha. Para ello necesitamos un aumento de proteina en trigos duros y harineros. En cultivos de cebada y maltera necesitamos aumentar el grano pero sin disparar el porcentaje de proteína. Biosupergrow es una solución NPK rica en nitrógeno que integra en su formulación un concentrado microalgal con tecnología TrieTech©. Que libera elementos nutricionales, así como los precursores hormonales. Con ello potenciamos el desarrollo vegetativo tras la germinación y evitamos la pérdida de fortaleza del sistema radicular.

Ensayos y resultados

Cereales 2

Ensayo con dos aplicaciones foliares de Algafert Eco en Cebada

Cereales 2

Ensayo con dos aplicaciones foliares de Algafert Eco en trigo

Cereales

El cultivo de cereal se enfrenta diversos retos, desde condiciones climáticas cambiantes hasta desafíos en la postcosecha y demandas del mercado. Para abordar estos problemas, es esencial considerar soluciones de fertilizantes y bioestimulantes diseñadas para corregir los efectos negativos del estrés ambiental, nutricional y fitotécnico. Estas soluciones no solo fortalecerán la salud de los cultivos, sino que también contribuirán a la sostenibilidad y rentabilidad a largo plazo de los productores de cereales

Variedades de Cereales
En el amplio espectro de cultivos extensivos, los cereales desempeñan un papel fundamental. Variedades como el trigo y la cebada son pilares esenciales en la producción de granos a nivel mundial. El trigo abarca variedades como el trigo duro, trigo blando y triticale, cada uno con características únicas. Por otro lado, la cebada incluye tipos como la cebada de dos hileras y la de seis hileras, con diferentes aplicaciones que van desde la alimentación animal hasta la maltería para la industria cervecera.
Requerimientos climáticos y de suelo en tiempos cambiantes
El cambio climático presenta desafíos significativos para los cultivos extensivos, como el trigo y la cebada. Las alteraciones en los patrones climáticos, marcadas por un aumento en las temperaturas y episodios de sequía más frecuentes, han generado condiciones adversas que impactan directamente en la producción de cereales.
Las altas temperaturas asociadas al cambio climático afectan la fenología de los cultivos, acelerando el proceso de maduración y reduciendo el tiempo disponible para el llenado de granos. Esto puede resultar en una disminución de los rendimientos y afectar negativamente la calidad de los granos. Además, las temperaturas extremas también pueden aumentar la incidencia de plagas y enfermedades, aumentando la presión sobre los cultivos.
Los episodios de sequía, exacerbados por el cambio climático, representan un desafío aún mayor. La falta de precipitaciones adecuadas reduce la disponibilidad de agua esencial para el desarrollo de los cultivos, impactando negativamente en el rendimiento y en la calidad de los granos. Las plantas de trigo y cebada requieren cantidades significativas de agua durante su ciclo de crecimiento, y la falta de ella puede llevar a la disminución del tamaño y peso de los granos, así como a la reducción de la producción total. Además, la sequía contribuye a la compactación del suelo, bloqueando la absorción de nutrientes esenciales por parte de las raíces de los cereales. Esto resulta en desórdenes nutricionales que afectan la salud y productividad de los cultivos, exacerbando los impactos negativos del cambio climático.
La adaptación a estos desafíos climáticos implica la implementación de prácticas agrícolas resistentes al estrés hídrico y térmico. El desarrollo y utilización de variedades de trigo y cebada más resistentes a las altas temperaturas y con mayor eficiencia en el uso del agua, junto con sistemas de riego eficientes, se vuelven cruciales. Además, la gestión sostenible del suelo, incluyendo prácticas de conservación y mejoramiento de la estructura del suelo, puede ayudar a mitigar los impactos de la sequía y mejorar la absorción de nutrientes. Soluciones como fertilizantes y bioestimulantes adaptados a estas condiciones desafiantes pueden desempeñar un papel clave en fortalecer la resistencia de los cultivos y mantener la productividad en un entorno cambiante y desafiante.

Fisiopatías y desórdenes nutricionales en cereales
Los cereales extensivos, como el trigo y la cebada, pueden sufrir diversas fisiopatías y desórdenes nutricionales. Entre ellos, la clorosis, la roya y la fusariosis son comunes y pueden afectar significativamente el rendimiento. Además, desórdenes nutricionales, como la deficiencia de nitrógeno y fósforo, impactan en el desarrollo de los cultivos y la calidad de los granos.

Necesidades del productor y retos comerciales
Los productores de cereales extensivos enfrentan desafíos en la gestión de recursos, la elección de prácticas sostenibles y la competencia en el mercado global. La demanda de granos de alta calidad, la optimización de los costos de producción y la adaptación a condiciones climáticas cambiantes son retos que requieren soluciones integrales.

Retos en la postcosecha y demandas del mercado
En el ámbito de la postcosecha de cereales, los desafíos incluyen la conservación adecuada y la preservación de la calidad del grano. La demanda del mercado exige productos libres de contaminantes y de alta calidad. Los productores deben abordar retos como el control de plagas y enfermedades postcosecha, así como implementar prácticas que prolonguen la vida útil de los granos.

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Variedades de Cereales
En el amplio espectro de cultivos extensivos, los cereales desempeñan un papel fundamental. Variedades como el trigo y la cebada son pilares esenciales en la producción de granos a nivel mundial. El trigo abarca variedades como el trigo duro, trigo blando y triticale, cada uno con características únicas. Por otro lado, la cebada incluye tipos como la cebada de dos hileras y la de seis hileras, con diferentes aplicaciones que van desde la alimentación animal hasta la maltería para la industria cervecera.

Requerimientos climáticos y de suelo en tiempos cambiantes
El cambio climático presenta desafíos significativos para los cultivos extensivos, como el trigo y la cebada. Las alteraciones en los patrones climáticos, marcadas por un aumento en las temperaturas y episodios de sequía más frecuentes, han generado condiciones adversas que impactan directamente en la producción de cereales.

Las altas temperaturas asociadas al cambio climático afectan la fenología de los cultivos, acelerando el proceso de maduración y reduciendo el tiempo disponible para el llenado de granos. Esto puede resultar en una disminución de los rendimientos y afectar negativamente la calidad de los granos. Además, las temperaturas extremas también pueden aumentar la incidencia de plagas y enfermedades, aumentando la presión sobre los cultivos.

Los episodios de sequía, exacerbados por el cambio climático, representan un desafío aún mayor. La falta de precipitaciones adecuadas reduce la disponibilidad de agua esencial para el desarrollo de los cultivos, impactando negativamente en el rendimiento y en la calidad de los granos. Las plantas de trigo y cebada requieren cantidades significativas de agua durante su ciclo de crecimiento, y la falta de ella puede llevar a la disminución del tamaño y peso de los granos, así como a la reducción de la producción total.

Además, la sequía contribuye a la compactación del suelo, bloqueando la absorción de nutrientes esenciales por parte de las raíces de los cereales. Esto resulta en desórdenes nutricionales que afectan la salud y productividad de los cultivos, exacerbando los impactos negativos del cambio climático.

La adaptación a estos desafíos climáticos implica la implementación de prácticas agrícolas resistentes al estrés hídrico y térmico. El desarrollo y utilización de variedades de trigo y cebada más resistentes a las altas temperaturas y con mayor eficiencia en el uso del agua, junto con sistemas de riego eficientes, se vuelven cruciales. Además, la gestión sostenible del suelo, incluyendo prácticas de conservación y mejoramiento de la estructura del suelo, puede ayudar a mitigar los impactos de la sequía y mejorar la absorción de nutrientes. Soluciones como fertilizantes y bioestimulantes adaptados a estas condiciones desafiantes pueden desempeñar un papel clave en fortalecer la resistencia de los cultivos y mantener la productividad en un entorno cambiante y desafiante.




Fisiopatías y desórdenes nutricionales en Cereales

Los cereales extensivos, como el trigo y la cebada, pueden sufrir diversas fisiopatías y desórdenes nutricionales. Entre ellos, la clorosis, la roya y la fusariosis son comunes y pueden afectar significativamente el rendimiento. Además, desórdenes nutricionales, como la deficiencia de nitrógeno y fósforo, impactan en el desarrollo de los cultivos y la calidad de los granos.

Necesidades del productor y retos comerciales
Los productores de cereales extensivos enfrentan desafíos en la gestión de recursos, la elección de prácticas sostenibles y la competencia en el mercado global. La demanda de granos de alta calidad, la optimización de los costos de producción y la adaptación a condiciones climáticas cambiantes son retos que requieren soluciones integrales.

Retos en la postcosecha y demandas del mercado
En el ámbito de la postcosecha de cereales, los desafíos incluyen la conservación adecuada y la preservación de la calidad del grano. La demanda del mercado exige productos libres de contaminantes y de alta calidad. Los productores deben abordar retos como el control de plagas y enfermedades postcosecha, así como implementar prácticas que prolonguen la vida útil de los granos.